
En una ciudad donde las manifestaciones raras veces congregan a cientos de personas, la manifestación de este jueves fue una de las mayores vistas en los últimos tiempos y demostró por qué Nueva York pasa por ser la segunda ciudad del mundo en número de judíos tras Jerusalén.
El Consejo Israelí Americano, que había convocado la concentración, contrató varias de las pantallas luminosas gigantes que rodean la icónica plaza para proyectar durante más de una hora la bandera de Israel o las fotografías de algunos de los rehenes capturados por Hamás.
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