En cuestión de días, varios casos de violencia infantil sacuden a República Dominicana, poniendo al descubierto una realidad compleja de no poca data y que involucra maltrato familiar, porte de armas en entornos escolares, abusos sexuales y hasta muertes trágicas.
Desde una menor de 14 años que llevó un arma de fuego a su escuela en Santiago, hasta una niña de 11 años sometida a tortura y abuso sexual durante años, estos crímenes parecen levantar bandera roja en la protección a los más vulnerables.
Un arma en el salón de clases
Una adolescente haitiana de 14 años sorprendió a sus compañeros y profesores del Centro Educativo Salustina Bans Batista, en Bella Vista, Santiago, cuando apareció con un arma de fuego en su mochila . Según investigaciones preliminares, el arma pertenecería a su padrastro, quien presuntamente la utilizaba para amenazarla.
Niña de 11 años víctima de tortura y abuso sexual
Por su parte, un equipo multidisciplinario de la Unidad de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género de la fiscalía de Santiago trabaja en el caso de una niña de 11 años torturada y violada durante dos años por una pareja adulta, con la complicidad de su propia madre.
Los especialistas coinciden en que estos casos no son aislados, sino síntomas de un problema estructural: la falta de prevención, la ineficiencia en la denuncia y la insuficiente protección institucional hacia los menores.
“Muchas veces los niños no pueden hablar por sí mismos”, explicó una trabajadora social del INACIF. “Dependen de adultos alertas, de maestros capacitados y de sistemas públicos preparados para detectar el peligro”.
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