Después de que se destapara la “caja de pandora” que el pastor Johan Manuel Castillo Ortega mantenía “oculta” en la iglesia Libre, de Los Alcarrizos, han salido a relucir muchos casos. A este medio vino una de las víctimas, y la madre de una de ellas. A su visita la acompañó una persona que dice llevaba nueve años trabajando con él y nunca se dio cuenta de nada. “Pero estoy del lado de las niñas, les creo a ellas, porque yo también soy padre”. Lo dijo con responsabilidad.

Hubo que esperar por varias horas a una joven agredida, pero finalmente llegó a la Redacción de LISTÍN DIARIO para contar su amarga experiencia, la que asegura, no se la ha revelado ni a su familia. “A mí siempre me ha gustado congregarme, pese a que mi familia, aunque tiene fe, no va tanto a la iglesia. El caso es que me iba hasta con la vecina.

Resulta que, cuando yo tenía 13 años o menos, él comenzó a llamarme con la cámara encendida y se masturbaba, me decía que eso no era nada, que prendiera la cámara y nunca la prendí por miedo a que me grabara”. Es fuerte y, aunque sus ojos estaban a punto de dejar salir las lágrimas contenidas, no lo permitió.

VIA LISTIN DIARIO