Cuando se aproximaba la fecha para que la República Dominicana saliera ilesa de la temporada ciclónica (1 junio-30 noviembre), un disturbio golpeó a Santo Domingo y otras provincias, dejando casi 30 muertos, hasta este miércoles, y con daños que aún el Gobierno trata de fijar un monto.

Debido a que no llegó a la categoría de tormenta tropical, el fenómeno del sábado no tendrá nombre en su registro; sin embargo, además de los fallecidos, será recordado como el que más precipitaciones ha registrado en la historia: 431 milímetros de lluvia, unos 165 más que los acumulados que dejó el aguacero inesperado del 4 de noviembre del 2022.

El 2023 ha sido calificado como el año más caluroso de la historia, lo que conlleva a que las aguas del Atlántico fueran un caldo de cultivo para la formación de tormentas y ciclones. Eso sucedió pese a la vigencia del fenómeno de El Niño, caracterizado por las escasas lluvias. Afortunadamente, la mayoría de las tormentas no tuvieron ruta directa hacia el país.


Del 2007 al presente, República Dominicana ha sido agredida por unos 20 fenómenos, con alrededor de 150 de muertos, miles de desplazados y viviendas destruidas, a lo que se suman pérdidas multimillonarias en sectores productivos e infrastructuras, lo que obliga a los gobiernos a rediseñar los presupuestos y acudir a los préstamos internacionales.