
A pesar del rechazo y de los intentos del Gobierno dominicano para detener la estructura que pretende desviar las aguas del río Masacre, los haitianos han continuado con la obra.
Para forzar la detención, y evitar que los trabajos del canal se realicen con ingredientes de construcción procedente de la República Dominicana, el presidente Luis Abinader dispuso el cierre de los pasos fronterizos con Haití y prohibió la exportación de materiales para la construcción a la nación vecina.
Según las autoridades dominicanas la construcción del canal viola el Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, el Acuerdo Fronterizo de 1935 y el Protocolo de Revisión de Frontera de 1936.
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