
Aunque la violencia es un problema de largo tiempo en el país, desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021, la situación de inseguridad en Haití ha ido degenerando hasta el terror a manos de las pandillas en sus luchas por controlar el territorio, principalmente el área metropolitana de Puerto Príncipe.
La escalada de violencia llevó al primer ministro de Haití, Ariel Henry, a solicitar la intervención internacional en octubre del año pasado, ante la imposibilidad de frenar a las bandas, que asesinan, violan, roban y secuestran a la población como parte de sus enfrentamientos.
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