La ciudad de Nueva York ha comenzado a repartir volantes y carteles en inglés y español para disuadir a los inmigrantes de dirigirse a la Gran Manzana una vez que llegan a Estados Unidos.

Los carteles son de color amarillo brillante y muestran un mapa de Estados Unidos con un punto indeterminado en el estado de Texas, cerca de la frontera, desde donde parten varias flechas que conducen a diferentes estados del país, pero no a Nueva York.

Los mensajes escritos son claros: "La vivienda en Nueva York es muy cara", "No podemos garantizar alojamiento y servicios", "Los costos de alimentos, transporte y otras necesidades en Nueva York son los más altos de Estados Unidos".