
Esto supone, no obstante, que ganarán de media 2,5 dólares por pasajero, según Walsh, para quien «claramente ese nivel de rentabilidad no es sostenible, pero teniendo en cuenta que en 2020 las aerolíneas perdieron 76 dólares por pasajero, la velocidad de la recuperación es fuerte».
Por ello, «reparar los balances dañados y proporcionar a los inversores rendimientos sostenibles de su capital seguirá siendo un desafío para muchas aerolíneas”, ha apuntado.
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