Las constantes fallas de la aplicación "CBP One", que Estados Unidos habilitó para que migrantes gestionen su cita para asilo, causan desesperación entre migrantes en la frontera norte de México, donde ahora suelen saltar al río Bravo para urgir una solución.

Este es el caso de la comunidad migrante que habita en el campamento habilitado en Matamoros, en el límite con la ciudad estadounidense de Brownsville, Texas. Apoyados en inflables, sogas y botellas de plástico, niños y adultos atraviesan el caudal que, tras lluvias crecientes, acarrea una corriente peligrosa.