Los mensajes de los usuarios se referían a la posibilidad de que la poderosa firma le tuviera que pagar una fortuna al joven para recuperar su dominio. Algunos incluso le recomendaron cobrar en bitcoines para evadir el pago de impuestos.
El miércoles por la noche, Nicolás Kuroña, un veinteañero que vive en la localidad de Berazategui, en la provincia de Buenos Aires, tuiteó que era el nuevo dueño del dominio. Para ese momento, los usuarios ya llevaban un rato sin poder entrar a la página. Simplemente aparecía un anuncio de que el sitio no se encontraba disponible.
El mensaje, que se viralizó de inmediato y convirtió su nombre en tendencia, parecía explicarlo todo, aunque lo que sorprendía, y generaba más burlas, era que la empresa tuviera un descuido de esta magnitud.
El joven desembolsó 270 pesos, unos 30 dólares, y se quedó con el nombre. Sin embargo, a medianoche, después de un par de horas, nuevamente se pudo acceder a la página. La empresa se limitó a informar que se había resuelto "el problema", sin precisar si había sido solamente una cuestión técnica o si efectivamente había perdido el dominio.
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